Regresando a nuestras raices. LA COLTORAH (YAHVEH O YAHWEH) El verdadero nombre sagrado del creador (Padre Eterno,Bendito Sea Él) y el Mesias Gadol, YAHSHUAH HAMASHIAH(el Gran Mesías, conocido en occidente como Jesucristo) y mucho temas más, relacionados con la las sagradas escrituras, desde la perspectiva judia
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SHALOM. javerim
Estamos aqui para compartir enseñanzas de la torah y raices hebreas, Con la ayuda de nuestro Padre Eterno y la guia de su Santo Espiritu (RUAH HAKODESH). por los méritos de Yeshuah HaMashiah.
SHALOM UBRAJAT
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SHALOM UBRAJAT
viernes, 1 de marzo de 2013
EXISTENCIA E HISTORIA DE YAHSUAH HAMASHIA EN EL CODIGO REAL HEBRAICOJ
Traducción y comentarios por
D. A. Hayyim
Es la revelación de la manera
como será establecida la redención final para Israel y de bajo qué autoridad
Israel finalmente cumplirá la totalidad de su misión como nación sacerdotal.
Las doce tribus de Israel, representadas por
doce mil emisarios en cada una,
irán a las naciones, y bajo la dirección específica del Mashiaj, cumplirán
aquella misión entregada desde el Sinaí por medio de Moshé.
Esta revelación la recibió el
Rabí Yahoshua directamente de Elokim y fue entregada para consolación y
fortaleza del exilio judío hasta la redención final. Su valor profético,
místico y cabalístico requieren, como ya se ha dicho, de un conocimiento
profundo del judaísmo, del misticismo y de las leyes que rigen este tipo de
literatura apocalíptica judía.
Códice Shem Tov
100-1300
Durante este largo período de
tiempo, la comunidad judía seguidora de Yeshuah y expuesta al exilio juntamente con el resto
de Israel, preservó y guardó muy secretamente los rollos y códices hebraicos
que contenían las enseñanzas básicas de nuestro Rabino.
Otras de esas enseñanzas se
mantuvieron oralmente y se escribieron aquí y allá, por muchos rabinos en
diferentes ocasiones, porque nunca debemos olvidar que la fama de Yeshuah alcanzó a los judíos de dentro y fuera de
Israel, que por cierto eran mayoría.
Al regresar a sus tierras,
llevaron consigo, oralmente, las enseñanzas del Maestro y poco a poco se fueron
escribiendo, casi siempre sin darles el crédito justo. En todo caso, lo que
hizo el Shem Tov demuestra para el
historiador sin prejuicios, que
dichas memorias fueron muy bien mantenidas en su contexto hebraico original.
Por ejemplo, en los años que van
entre 1385-1400, un rabino conocido como Shem Tov ben Shaptur fue convocado a
una discusión pública con los representantes de la Iglesia en aquellos días. A
fin de prepararse para una
discusión "teológica"
con sus hostiles acusadores de la época, ben Shaptur consultó "los libros
hebreos" de los "netzaritas" (judíos creyentes en Yeshuah como
el Mashiaj) e hizo un códice de los mismos, extendiéndose más allá de
Mateo a otros libros del Código
Real.
¿Cómo pudo el Shem Tov hacer su
obra sin la presencia de aquellos
manuscritos hebraicos?
Gracias al trabajo de Sebastián
Müster, y que incluyó la edición de un
manuscrito hebraico del libro de
Hebreos; hoy en día el Códice Shem Tov es un eslabón importantísimo en la
cadena ininterrumpida de testigos hebraicos del Código Real.
Códice Mazoreta
Hebraico 132
Actualmente preservado en la Biblioteca
Nacional de Paris, proviene del siglo décimo, y su última versión data del siglo
XVI. Específicamente en el año 1553, el papa Julio III, para mantener su
simpatía y el apoyo de los tribunales
de la Inquisición, ordenó
legalmente la prohibición de la tenencia y lectura de todo libro judío,
especialmente del Talmud.
Coincidiendo con el primer día
del séptimo mes del anuario bíblico, conocido popularmente dentro del judaísmo como
Rosh HaShanah (Año Nuevo), Julio III decretó que los cristianos irrumpieran en
todas las casas y sinagogas judías y arrebataran de allí todos sus libros
hebraicos y los llevaran a la plaza de
Roma para ser quemados bajo la dirección
de uno de los tribunales de la
Inquisición de la época.
La ordenanza fue cumplida al pie
de la letra y preciosa literatura judía fue destruida salvajemente ante la
vista de los prelados y autoridades eclesiásticas.
Se encontraba para entonces en Roma un obispo
católico, procedente de la
ciudad de Brie, Francia, de
apellido DuTillet, que fue testigo de aquellos hechos.
DuTillet no podía comprender con
su mente académica, cómo podía
destruirse toda aquella riqueza
literaria.
Cuando tuvo acceso a uno de los
manuscritos que lanzarían al fuego, lo escondió de la mirada de los
inquisidores y lo trajo consigo a Francia. Se trataba nada menos que de una
versión completa en hebreo, del libro de Mateo y que descansa, como hemos
dicho, en la Biblioteca Nacional de Paris.
El hecho de contar ahora con una
versión hebraica de Mattityahu (Mateo) encontrada y salvada en aquellas circunstancias,
tiene implicaciones históricas y textuales muy profundas.
En relación con lo primero, nos
preguntamos:
¿Por qué tenían los judíos en
Roma un "evangelio" en idioma hebreo en el siglo XVI juntamente con
la Biblia Hebraica (torah) y con el
Talmud y otros escritos?
¿Quiénes eran esos judíos que
habían preservado el texto hebraico de uno de los mazorot más importantes de
todos?
En relación con lo segundo,
investigamos: ¿Por qué muchos manuscritos griegos de los Evangelios, cuando
están en conflicto con el CMH 132 no lo están con la Septuaginta, mientras el
CMH 132 siempre está en armonía con el CTM y en contra de la LXX?
Por ejemplo, en Mateo 2:6, donde
el Texto Receptus en griego, traduce "Belén De Judea", el CMH 132
tiene "Belen Efrata", no "Judea". Cuando vamos a la LXX
tiene Judea, pero cuando vamos al CTM, tiene Efrata. En otras
palabras, el Texto Receptus, de
donde provienen, como ya hemos dicho, la inmensa mayoría de las versiones hispanas
del Nuevo Testamento, no entra en conflicto con la versión griega de la Biblia
conocida como LXX, pero sí
contra la versión hebraica
conocida como CTM; mientras que CMH 132, nunca entra en conflicto con la CTM,
sino con la versión griega Septuaginta.
¿Cómo podemos explicar estos conflictos
textuales internos?
La respuesta es que existe una línea
ininterrumpida de tradición hebraica detrás de los Evangelios que se mantiene
en armonía con el texto hebraico y que demuestra, históricamente, el trasfondo
hebreo de nuestros Mazorot (Evangelios).
Esto se hace evidente cuando
Mateo, por ejemplo (1:17), nos habla de tres grupos de catorce generaciones
cada uno formando la línea ininterrumpida de los ancestros del Rabí Yahoshua.
Las variantes textuales griegas están
incompletas, las únicas que
están completas, son las hebraicas.
¿Qué nos dice eso? Que las
variantes textuales que llevaron finalmente a una corrupción del texto,
comienzan a darse a partir de las versiones griegas, no hebreas, y que si
deseamos rectificar esto y encontrar la mejor versión
posible, debemos ir por el
camino hebreo, no por el griego.
Código Real
Textual Hebraico
Esta obra, que colocamos al
alcance del lector iberoamericano, intenta exponer en castellano, la mejor
versión hebraica posible que se mantenga dentro de la línea no interrumpida de
testigos hebraicos del, así, conocido
popularmente, Nuevo Testamento.
Le llamamos Código porque, a fin
de interpretarlo correctamente,
necesitamos tener el código de
acceso a dicha literatura judía, en su
naturaleza altamente mística y
cabalística, propia del judaísmo Apocalíptico de los profetas y del Judaísmo
del Segundo Templo.
Le llamamos Real porque proviene
de la realeza de Israel, es decir, de la casa de David y del trono davídico, que
es el tema de todo el Código. Para un mejor entendimiento de dicho concepto, y
por el bien de nuestros hermanos no judíos, lo hemos traducido como Nuevo
Testamento Textual Hebraico.
Estamos seguros de que los
cristianos sacarán mucho provecho de esta obra pues tenemos la impresión de que
por primera vez tendrán un Nuevo Testamento en su propio idioma vernáculo,
ubicado en su entorno natural.
Los judíos también recibirán
mucho provecho de esta obra; por un lado, en aquellos aspectos litúrgicos y de avodah
típicos de una sinagoga que sigue el ciclo anual de lectura de la Torah; y por
otro lado, la ocasión de tener acceso a la vida y enseñanza de nuestro Rabí,
como el Mashiaj Judío a quien le fue confiada una misión única: confirmar el
Pacto y las Promesas dadas a nuestros padres y; al mismo tiempo, abrir una
puerta de salvación para los
gentiles a fin de que Israel
cumpla su misión fundamental, anunciada desde los días de Moshé Rabeinu: Luz
para los gentiles y gloria de Ya'akov, con la mira de preparar a Israel y al
mundo; para la redención final y la consumación de todas las cosas dichas por
nuestros profetas de verdad.
Características
más notables
Las características más notables
de nuestra versión incluyen los siguientes aspectos. Primero: El lenguaje.
Nos hemos esforzado por mantener
un estilo literario que sea fiel al pensamiento hebraico, mishnáico y rabínico,
especialmente en aquellas expresiones idiomáticas que son claves en el
entendimiento de las palabras de nuestro Maestro.
Hemos seguido entonces la línea
de pensamiento que viene por el Códice Mazoreta Hebraico 132 y el Códice Shem
Tov.
También consultado pacientemente la obra de Franz
Delisch, desde la versión del 1877 hasta la revisada en 1970, que como sabemos,
contiene una restauración hebraica de todo el Nuevo Testamento hecha por uno de
los
gramatólogos semitas más importante
de todos los tiempos, pero
manteniendo siempre fidelidad al
criterio textual, que no lo podemos encontrar, definitivamente, en el Textus
Receptus.
Teniendo a la mano las
concordancias modernas de los textos rabínicos y la riqueza vertida por los
trabajo extraordinarios del profesor David Flusser,
Robert Lindsay y el resto del
equipo que ha formado el Departamento de
Estudios Sinópticos de la
Universidad Hebrea de Yerushaláyim, un trabajo
como este habría sido tal vez
imposible.
Estoy convencido que nuestros
lectores iberoámericanos tendrán la
oportunidad de encontrarse con
un Nuevo Testamento semítico en su lenguaje y en su pensamiento, similar al que
habló nuestro Maestro en sus días; y esto, sin duda, hace de nuestra versión
una combinación de dos principios importantes: su fundamento hebraico y su accesibilidad
a la menta hispana.
La Estructura
Por amor a mis hermanos, la
estructura de los capítulos y versículos sigue el orden establecido para el
ciclo anual de lectura de la Torah y los Profetas como es dado en la sinagoga
(Guevurot 13:13-ss). En este Primer Tomo, el lector podrá comparar fácilmente
cada nombre y número de las secciones de Moisés que son leídas actualmente en
la sinagoga. Aunque en los tiempos de nuestro Maestro la lectura anual de la
Torah seguía el ciclo de tres años, actualmente, con la destrucción de
Yerushaláyim y del Templo, el ciclo anual es el más popular.
11 Sin la ayuda prestada por
Mandelkern and Hatch-Redpath habría sido más dificil sin duda el trabajo.
.Para el lector que no está
familiarizado con estos conceptos, debemos explicar que todos los libros de
Moisés (el Jumash o Pentateuco) están divididos en 54 secciones llamadas cada
una "parashah". Al concluir cada
ciclo anual, se tiene una fiesta de gozo llamada Simjat Torah, el Gozo de la
Torah, es decir, el gozo sagrado de haber leído y comentado toda la Torah en un
año completo de estudios.
A fin de incluir las enseñanzas
de nuestro Rebe en ese proceso, hemos
dividido los cinco mazorot en 54
secciones, cada una de las cuales lleva el mismo nombre que las secciones de la
Torah correspondiente al ciclo anual.
Esto permitirá que los dichos de
nuestro Maestro sean estudiados con la
misma intensidad y frecuencia y
en la misma relación natural que el resto de las Escrituras.
Además, cada sección está
identificada por una letra hebrea hasta el número cinco, es decir, la alef ( )
la bet(), la guimel (), la dalet () y la he¡ (), para indicar dónde comienza y
termina cada sección de cada parashah. Así como hay 7 lectores en los escritos
de Moshé y un lector para los Profetas, hay cinco lectores asignados a las enseñanzas
de nuestro Maestro para cada Shabat. Cuando sumamos los siete lectores de la
Torah, el lector de los Profetas y los cinco del Código Real, tenemos en total
13 lectores para completar el ciclo anual de lectura de la Torah, los Profetas
y los Escritos.
Restauración
Hebraica del Texto
Hemos establecido la
restauración hebraica del texto para los que tienen acceso al hebreo y su
traslite-ración al castellano para los que aun no tienen acceso a la lengua
sagrada. Esto permitirá oír de nuevo las palabras de
Nuestro Maestro como fueron
escuchadas por su propia audiencia en el primer siglo.
Notas y
Comentarios
Las notas y comentarios tienen
la intención de explicar el trasfondo hebraico de aquellas expresiones que
debido a su judeidad, pasarían desapercibidas por el lector no judío. Debido a
que el Código Real es un colección de
Literatura judía en su misma esencialidad,
abrir esos tesoros hebraicos dará sin duda al lector una perspectiva del texto
que seria imposible sin dichas notas y comentarios. Al mismo tiempo, hemos sido
cuidadosos de que dichas notas no sean muy extensas, porque este no es un
Comentario del Código Real, es el Código Real con notas y comentarios
explicativos.
Orden de los
Libros
van, del más simple y gramatical
de todos, al más complejo y místico. Ese orden lo hemos preservado en nuestra versión.
De ahí que el primero es Meir (Marcos), sin duda el que fue escrito para
memorizarlo en su nivel gramatical
básico. Su interpretación
requiere del conocimiento de las 7 leyes de
interpretación de Hilel.
Le sigue entonces Hilel (Lucas),
con la presentación de un nivel mayor de entendimiento de los dichos del Rabí, donde
se destacan los valores histórico-simbólicos que tienen la intención de
establecer las bases
hermenéuticas de sus enseñanzas
para una comunidad judía típica del Primer Siglo, donde dos o tres líderes se
encuentran para dirigir los estudios de los dichos del Maestro a un nivel más
profundo que el sentido literal y
gramatical del texto. Para entender
apropiadamente Lucas, es importante tener dominio no solamente de las leyes de
Hilel sino también del rabí
Eliezer.
Por otro lado, Hilel (Lucas) es
uno de los más hebraicos documentos del
primer siglo que pudiéramos
encontrar.
Esto ha sido reconocido incluso,
por la Iglesia Católica. En uno de sus
documentos oficiales declara:
"Es un hecho histórico que
la infancia` como encontrada en el tercer Evangelio (1:5-2:52), establece,
tanto en su contenido, como en su lenguaje, una fuente de origen judío. Cuando
leemos todo el pasaje, nos pareciera
Estar leyendo un capítulo del
Primer Libro de los Macabeos, esto es, lleno de costumbres, leyes y
peculiaridades introducidas sin explicación y todas repletas de ideas judías.
El estilo y el lenguaje son tan semitas que el pasaje hay que traducirlo al
hebreo o al arameo, para que pueda ser apreciado con justicia." (Catholic
Encyelopedia, 1914, traducción del autor).
Luego Mattityahu (Mateo), cuyo
nivel de escritura va más allá de un nivel gramatical simple, pues constantemente
nos muestra las alusiones
mesiánicas y midráshicas de las
enseñanzas de nuestro Rabí.
Su interpretación requiere del
conocimiento de las 7 leyes de interpretación de Hilel, de las 13 del Rabí
Ismael y de las 24 del rabí Eliezer.
A continuación nos encontramos
con Yojanán (Juan), cuyo estilo literario se eleva a la categoría del
misticismo judío del primer siglo, típico de las
enseñanzas de Yojanán ben Yojai,
de donde provino el Zohar. Es importante
conocer las 42 leyes del Zohar
para darle el entorno apropiado a los escritos de Yojanán.
Finalmente, en cuanto a los
Mazorot, incluimos el Marot Elohim (Visiones de Elohim) que fue dado aYeshuah como
diadema de gloria para trasmitirlo a las comunidades judías del primer siglo.
El estilo literario es cabalístico (recibido por revelación profética sumamente
mística, al estilo de Ezequiel y Daniel) y se requiere de un dominio de las 50
leyes místicas del judaísmo para
comprender bien su entorno
literario.
Es importante que toda persona
que desee hacer un estudio de este quinto libro de los mazorot, esté bien relacionado
con las leyes judías de la profecía, preservadas por Maimónides, y con las 50
leyes de la revelación profética y mística que ya hemos indicado.
Dos elementos han sido tenidos
en cuenta aquí. Primero, en relación con los Mazorot (Evangelios) que responden
a un nivel de revelación típico del judaísmo. Estos niveles Se refiere a la infancia
de Yeshuah.
Nombres
Sagrados
Para ningún traductor es un
secreto la dificultad teológica y litúrgica a la hora de traducir los nombres
sagrados. Su traducción al griego ha sido ambigua, pues no se puede saber a
ciencia cierta de qué persona en realidad se está
hablando.
A fin de esclarecer lo mejor
posible este hecho, hemos optado por traducir el Nombre Sagrado como
"HaShem", literalmente, "El Nombre", y también, en
ocasiones, como "el Eterno". La diferencia de uso entre ambos es de carácter
personal, más que conceptual, porque en algunas ocasiones uno "suena
mejor" que otro dentro de
la sintaxis castellana. Ambos, "HaShem" o "El Eterno", los
usamos solamente para referirnos a las cuatro letras que
componen el Nombre del Eterno,
el Nombre Inefable, el Nombre que es sobre todo nombre.
Por otro lado, las Escrituras en
general y el Código Real en particular, usan muchas veces el término Elohim, y
en contadas ocasiones, Elohá, singular semítico para Elohim. En esta versión
hemos puesto, después de mucho análisis y estudio del tema, el término Elokim
porque esta es la manera respetuosa que en Israel se enseña a los niños y niñas
cuando inician su estudio primario de la Torah (las Escrituras).
Dentro del judaísmo, cada vez
que estamos leyendo la Torah en hebreo y nos encontramos con el Nombre Inefable,
compuesto de cuatro letras hebreas (Yud, He¡, Vav, He¡, traducidas normalmente
como YHWH, o también
YHVH), en términos generales se
pronuncia como Adon-ai o HaShem, dependiendo de la costumbre de la comunidad.
Cuando decimos
"HaShem" o "El Eterno", estamos confesando la
trascendencia del Todopoderoso
en tiempo y espacio y, al mismo tiempo, Su soberanía y dominio en toda la
creación.
A fin de proteger el Nombre
Sagrado de ser pronunciado mal, ante las muchas variantes que existen, unas más
aproximadas al original que otras, hemos optado por traducir el significado del
Nombre más que su sonido
gramatical, hasta que venga
Mashiaj o el profeta Eliyahu HaNaví (Elías, el profeta) y nos aclare esto,
según Sus promesas.
Existe mucha evidencia que
Yahoshua confesaba el Nombre Sagrado en su forma y entonamiento correctos y la blasfemia
de que le acusaron podría muy bien estar relacionada con esto, pues para
entonces, solamente el Cohen HaGadol (sumo sacerdote) sabía la correcta
pronunciación del Nombre y lo hacía varias veces, solamente en el Templo y una
vez al año, en Yom Kipur (Día de Expiación).
Si esto es así, sus talmidim
(discípulos) conocían entonces la manera de
pronunciar correctamente el
Nombre, pero hasta que tengamos más revelación sobre un tema tan único en su
clase, debemos esperar antes de establecer la forma que consideramos es la
correcta de pronunciar.
Debido a la crisis de autoridad
espiritual que experimentamos, pienso que ninguno de nosotros tiene suficiente autoridad
hebraica, cúltica, profética y espiritual para decir a nuestra generación:
"Esta es la manera correcta de pronunciar el Nombre Sagrado". Hasta
hoy, lo mejor que podemos hacer es, por un lado, evitar las pronunciaciones que
evidentemente están muy lejos de ser las correctas, por las evidencias
gramaticales, fonéticas y arqueológicas con que contamos, así como por la torah
shevealpé (enseñanza oral); y por el otro, no exponernos a seleccionar la
correcta entre las probables, para no encontrarnos luego con, que hayamos
escogido mal.
En todo caso, pienso yo, es
sabio que esperemos por Mashiaj mismo o Su profeta Eliyahu cuando nos sea
enviado de nuevo, a que nos aclaren estas cosas. Es debido a estas consideraciones,
que hemos preferido usar los equivalentes "HaShem" o "El
Eterno" cada vez que nos encontremos con el Nombre Inefable. Su presencia
en caracteres hebraicos ha sido mantenida, no obstante, en el texto hebreo para
su apropiada identificación.
Es importante recordar al lector
que el Nombre Inefable siempre está
relacionado con la manifestación
de la divinidad por medio del atributo de gracia, amor y misericordia, casi
siempre dentro de una analogía de pacto.
Por otro lado, he seleccionado
la forma Elokim, como hemos dicho, para identificar el término bíblico Elohim oElohá
cuando se refiere, directamente al Eterno, al Padre. Elohim, de ahora en
adelante Elokim, siempre está
asociado al atributo de
justicia, dominio, gobierno. Es la manera como percibimos al Eterno en la
creación de las cosas hechas. Es importante
recordar que Elokim no es nombre
propio de la Divinidad, sino un título para indicar una persona en autoridad o
dominio, ya sean celestiales o terrenales.
A fin de diferenciar los elohim
que sirven al Eterno, de las
personalidades demoníacas (ídolos-adversarios satanás,etc), las Escrituras usan
la
combinación "elohim
ajerim" (dioses extraños o ajenos) para referirse a ellos.
Elohim entonces, es un título, y
como tal, no tiene nada que ver con
divinidad, sino con el cargo o
posición de "amo; dueño, gobernante, juez", etc. Elokim es el Juez
Supremo y siempre lo usaremos como una referencia al
Eterno. Cuando este no sea el
caso, usaremos Elohim y en el evento que se refiera a ídolos o personalidades demoníacas,
"elohim ajarim".
La mayoría de los traductores ha
vertido Elokim, como "Dios", pero aquí hemos rectificado esa
práctica, tanto de traductores judíos como cristianos, por la connotación
pagana asociada con el término castellano "Dios" y que no
expresa la riqueza textual de
Elokim.
Sabido y conocido es, que el
término "Dios" no es una traducción del hebreo "El" y sus
derivados, y por tanto, no procede de allí.
¿De dónde entonces? A decir verdad, "Dios", tanto en
castellano como en inglés (God), tienen un origen pagano. Del latín
"Deus" y del griego "Theós", todos proceden de Zeus,
relacionados con la adoración a esta deidad griega. Dios-Zeus, fue conocido
entre los romanos como Júpiter o en el caso de las lenguas teutónicas, como
Tiu (de ahí Tuesday en inglés, traducido Martes. en verdad. Día de Tiú, es
decir. de Júpiter. de Zeus. de Dios").
Esta deidad fue conocida también
como "Janus" (perpetuado en January Enero el dios de las dos caras) y
"Diana", la versión femenina de "Dios" (Zeus/Júpiter). Ha
sido así cómo se ha introducido y camuflageado dentro del lenguaje diario tanto
de la comunidad judía, como de la cristiana.
Por esto decía que debido a esta
connotación pagana asociada con el término castellano "Dios" no hemos
traducido tal concepto, para no
perpetuar más el nombre de los
demonios entre los kadoshim (los apartados para el Eterno).
Orden de los
Libros
En relación con el resto de los
escritos del Código Real, donde las enseñanzas no vienen directamente de Yeshuah,
sino a través de sus Emisarios, de
acuerdo a como ellos fueron
movidos por la presencia divina a responder a las circunstancias específicas de
las comunidades judías y no judías del primer siglo, la hemos subdividido en
dos secciones: la judía y la no judía, con un libro que sirve de transición
entre ambos, Guevurot (Hechos). Si comenzamos entonces con los Mazorot, tenemos
entonces el siguiente orden:
Escritos a judíos:
Mazorot
Meir
Hilel
Mattityahu
Yojanán
Marot-YHWH
Responsas
31 Hebreos
Ya'akov
Kefa Alef
Yojanán Alef
Yojanán Bet
Yojanán Guimel
Yehudá
Timoteo Alef
Timoteo Bet
Filetnón Guevurot
Escritos a
Conversos
Gálatas
Romanos
Corintios Alcf
Corintios Bet
Efesios
Filipenses
Colosenses
1 Tesalonicenses 2
Tesalonicenses
Tito
Kefa Bet
Esta versión inédita que colocamos
al servicio y para el bien de nuestra generación, reconoce lo dificil de hacer una
traducción que encuentre el equivalente exacto y preciso de términos y
conceptos hebraicos en esencia, pero nos hemos esforzado al máximo por realizar
una traducción adaptada lo mejor posible a la mente hispana; teniendo en cuenta
las opiniones reconocidas de los grandes maestros de Israel y el entorno
hebraico propio del Código Real.
Para ello, nos hemos auxiliado
con la clásica y aceptada mundialmente nomenclatura de capítulos y versículos,
lo que no ocurre en los textos originales, para dar al lector una idea general
de esa porción específica; y, además, con el uso de ciertos pronombres y
sustantivos, en itálicas para indicar que se usan, a fin de esclarecer
el concepto hebraico que se traduce, pero que no aparece, necesariamente, en el
texto original.
Juntamente con estos recursos
técnicos, hemos incluidos notas marginales que ayudarán al lector a tener una comprensión
apropiada de lo que se está leyendo, en su contexto hebreo, a fin de facilitar
su estudio, entendimiento,
aplicación y futura
profundización.
La versión que ponemos al
alcance de nuestros amigos de habla castellana, tiene como intención suprema
mostrar la riqueza de un documento tan
maravilloso como el Código Real,
a la luz de su trasfondo hebreo, como
herramienta decisiva a la hora
de comprender una colección de libros únicos en su clase, que con la ayuda de
la Presencia Divina, nos permitirá tener un mejor entendimiento y la
posibilidad de una mejor aplicación personal y comunitaria, tanto de las
palabras del Mashiaj como de sus Emisarios.
.
YAHSHUA HAMASHIAJ Y Su Existencia Histórica
ALGUNOS
TODAVIA CUESTIONAN LA EXISTENCIA histórica de Yashuah
ben Yosef.
Por supuesto, cuando tratamos de
las figuras históricas, nuestra metodología, aunque científicamente aceptable,
usa herramientas diferentes a las otras ramas de la ciencia.
En el caso de la Historia,
especialmente la antigua, son las evidencias históricas venidas de documentos
cercanos a esa época los considerados más valiosos y aceptables. Los testigos
oculares no existen para testificar de la existencia de Platón o Aristóteles. Pero
nadie, con un juicio sano, dudaría hoy día de la existencia de esos filósofos.
¿Por qué? Por los testigos históricos que
tenemos: sus documentos y lo que otros dijeron de ellos. De la misma manera,
ninguno de nosotros duda de la existencia histórica de MOSHÉ. ¿Por qué? Por los
testigos históricos que tenemos y por la existencia misma del pueblo judío, aun
cuando ninguno de nosotros se ha encontrado jamás con un testigo ocular que
conociera a MOSHÉ personalmente. Tal tipo de testimonio no existe en la
ciencia histórica.
Por lo tanto nos basamos en los
testimonios de documentos y sujetos históricos que relatan aquellos hechos y
sus personajes principales.
Esa es la metodología científica que usa
la Historia como disciplina científica.
Lo mismo es cierto al referirnos a Yeshuah.
Contrario a la opinión popular, Yeshuah no fue el fundador del cristianismo.
Tal declaración es una contradicción. ¿Cómo podría el que dijo: "No he
venido para abrogar, sino para cumplir", ser el fundador de una religión
diferente a la de Moshé y los profetas? La creación del cristianismo es un
asunto posterior que tiene lugar varias generaciones después de Yeshuah entre
sus seguidores no judíos, como la mejor manera que ellos entendieron debía
aplicarse en suelo gentil el judaísmo de Yeshuah y de sus emisarios. En otras
palabras, el cristianismo es judaísmo trasculturado para los no judíos. No tenemos
evidencias históricas que ni Yeshuah ni sus discípulos originarios, todos los
cuales fueran judíos, tuvieran la intención ni de separarse del judaísmo, ni
del Templo, ni de la fe de Israel, ni mucho menos de crear una religión
diferente a la de sus padres.
Rav Shaul, con todo y haber sido designado para
establecer la manera como debía aplicarse la fe hebrea entre los gentiles, al
final de su vida nos da un solemne testimonio: "No he hecho nada contra el
pueblo (judío) ni contra las costumbres de nuestros padres" (Hechos
28:17).
Si Yeshuha no existió, nadie podría
explicar cómo una cantidad enorme de judíos
estuvieron dispuestos a ser perseguidos,
maltratados e incluso asesinados por los minin (herejes) de su generación, por
causa de su Nombre.
Demandarnos que creamos que todo el
movimiento jasídico establecido por Yeshuah, y que ganó la simpatía de miles y
decenas de miles de judíos en su generación, está fundamentado en un personaje
que nunca existió, es una aberración intelectual que solamente podría tener
lugar en una mente absolutamente fuera de sí.
No obstante, el argumento previo es de
carácter lógico más que histórico; por lo tanto, veamos algunos testimonios
históricos fuera de nuestros libros autoritativos, porque no podemos usar un
argumento como argumento. Así pues, miremos las evidencias externas, que
demuestran, más allá de la duda razonable, la existencia histórica de Yeshuah
.
1 Josefo
Historiador judío del primer siglo. En
sus "Antigüedades", circa 90-95 de nuestra era, él menciona a Ya'akov
(Santiago) "el hermano de Yeshuah (Jesús) conocido como el Mashiaj
(Xristós-Cristo)". También escribió: "Existió en esta época Yeshuah
(Jesús), un Hombre sabio (ish jajám)... Porque era un hacedor de hechos
maravillosos... aunque fue muerto, se apareció a ellos (sus discípulos) al
tercer día, vivo, tal como los profetas habían predicho estas y otras diez mil
cosas maravillosas referente a él". Por supuesto, no faltarán los que
digan que tal referencia histórica es demasiado evidente y la considerarán una
interpolación, pero eruditos lingüistas
han demostrado su legitimidad. Por otro lado, tenemos hoy día una versión
arábiga de dicho documento, la cual fue primeramente traducida en 1972 por el
período norteamericano New York Times. La traducción hecha vierte la referencia
previa de la siguiente manera:
"En esta época hubo un hombre sabio
llamado Jesús (Yashuah). Y su conducta era buena y fue conocido como virtuoso.
Y mucha gente entre los judíos y otras naciones llegaron a ser sus discípulos.
Pilato lo condenó a morir crucificado.
Y aquellos que habían llegado a ser sus
discípulos no abandonaron su discipulado. Ellos informaron que él se les apareció
tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; en consecuencia, tal vez
era el Mashiaj referente al cual los profetas han relatado maravillas".
2 Thallus
(circa 50)
F.F. Bruce ("Christian
Origins", pgs, 29, 30) nos recuerda que hay una historia del Mediterráneo
oriental escrita por un historiador llamado Thallus, cerca del año 52 de
nuestra era. Bruce muestra en otro libro (The New Testament Documents" pg.
113) que un erudito llamado Julio Africano, citó a Thallus, mofándose de la
descripción que éste
hace de las tinieblas que se produjeron
durante la crucifixión de Yeshuah, atribuyéndolas a un eclipse de sol. Esto sugiere
que Thallus escribió un relato de la crucifixión de Yeshuah, la cual ocurrió
algunos años antes de que él escribiera su historia, en el año 52 de nuestra
era.
3 Cornelio
Tácito (circa 110)
Historiador romano que vivió al comienzo del
siglo II, menciona a Yeshuah. En sus Anales (Annals) dice: "Una clase
odiada por sus abominaciones, llamados cristianos por el populacho. Christus,
de quien se originó el nombre, sufrió la pena capital durante el reinado de
Tiberio, por sentencia de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos".
Sabemos que el emperador Tiberio ocupó la
silla imperial entre los años 14-37 de nuestra era, durante cuyo período Yeshuah
fue colgado en el madero. En esta misma obra afirma que aunque las ideas
"cristianas" estaban en Roma, el movimiento empezó en Judea.
4 Gaio Suetonio
(circa 120)
Otro historiador romano, quien ejerció su
función en los días del emperador Trajano, hablando del tiempo de Claudio nos
dejó el siguiente testimonio: "Debido a que los judíos en Roma
constantemente causaban disturbios por instigación de Cresto, él [Claudio] los
expulsó de la ciudad". ¿Quién fue este "Cresto°" sobre el cual hubo serias polémicas
en Roma entre la comunidad judía al punto que fue usada por el emperador como
una excusa para expulsar a los judíos de Roma? El autor Harris (GosPS, 354,
356) explica que para los latinos, la forma griega "Xristós" no tenía
el significado que tiene hoy día, más bien sonaba a sus oídos como un
"repellador" o "artista plástico", es de alguien dedicado a
la construcción de edificios, estatuas o algo parecido. Para evitar que se
tuviera una idea
equivocada, algunos usaban la
forma Crestus, cuyo significado en latín es "útil" para que todos
pudieran entender mejor de quién se hablaba. Tal observación coincide con el
historiador Lactantius, quien en el siglo IV afirmó que Yeshuah fue comúnmente
conocido como "Crestus" por los ciudadanos romanos ignorantes.
5 Plinio, el
joven (circa 110)
Fue un oficial del gobierno
romano conocido por sus famosas "Cartas", en una de la cuales,
dirigida al emperador de turno, menciona detalladamente la existencia de un
grupo de personas muy activas llamadas cristianas en los últimos años del
primer siglo. Describiendo la manera cómo efectuaban sus oficios religiosos, comentó:
"Tenían la costumbre de reunirse en un cierto día fijo antes del amanecer,
cantando a “Cristo”.
6 Luciano de
Samosata (circa 180)
Escritor griego del siglo lI.
Critica a los creyentes de origen gentil, conocidos por los romanos como
"cristianos", porque "hasta este día, adoran a un hombre que fue
crucificado" ("Las Obras de Luciano", Vol. 4, traducción de Fowler
y Fowler). Aun cuando tal evidencia histórica tiene implicaciones teológicas
importantes, lo que nos interesa
es su testimonio en relación con
la existencia de un hombre que fue crucificado y que los cristianos, hasta sus
días, lo reconocían como una figura histórica, independientemente de la
interpretación teológica que hicieran de su persona.
7 El Talmud
(circa 200-500)
Como sabemos, un documento legal
judío -en el tratado Sanedrín, folio 43% la versión antigua, porque en las postreras,
debido a la fuerte evidencia, los editores removieron esta sección-, se refiere
a la muerte de Yeshuah, quien es mencionado con el calificativo de ”Yeshu”.(
caballo) Esto es lo que afirma: "En la víspera de la pascua “Yeshu”
(refiriéndose al Mesias Yeshua)
fue colgado. Durante 40 días antes de que se realizara la ejecución, un heraldo
proclamó: `Él va a ser apedreado porque ha practicado la brujería y ha incitado
a Israel a que apostatara. Cualquiera que pueda decir algo a su favor, que pase
adelante en su defensa'. Pero en
vista de que nada se presentó en su favor, fue colgado en la víspera de la
pascua".(pesaj)
Estas evidencias previas tienen
mayor peso que las que existen en relación con otros personajes históricos del mismo
período. ¿Por qué otros no son cuestionados mientras que a Yeshuah se le
cuestiona? La tendenciosidad histórica
aquí es evidente. En todo caso, el que tiene ojos para ver, verá; y el que
tiene oídos para oír, oirá.
Su Legado
La vida de nuestro Rábi, Yeshuah
ben Yosef, declarado por HaShem, Adón y Mashiaj, no tuvo lugar en una ampolleta
de laboratorio, ni en una cápsula extraterrestre, sino en condiciones
históricas específicas.
Si no conocemos bien, esas condiciones históricas, que incluyen los
elementos religiosos, políticos, sociales, culturales, económicos y
espirituales que formaron esas condiciones, nos resultará muy dificil entender
su vida, sus dichos y su legado. Yeshuah fue un Tzadik, un varón piadoso, un
hijo de Israel que por medio de la disciplina personal, su absoluta obediencia
a HaShem, a la Torah y a la herencia de los profetas, subyugó completa y
totalmente su vida, sus emociones, sus aspiraciones personales y sus sentimientos,
cualesquiera que fueran, al servicio de la misión que el Eterno le encomendó:
la redención de Israel y del mundo.
Está escrito en nuestros libros:
"Por lo que sufrió aprendió la obediencia y habiendo sido perfeccionado,
vino a ser el padre de la redención final para todos los que le obedecen; y fue
declarado por Elokim: cohen hagadol según la orden de Malquizedek". (Ivrit
5:8-10)
Yeshuah no nació obediente,
aprendió la obediencia. Nadie nace obediente. Solamente una computadora es construida
para obedecer. El hombre fue hecho libre, con la posibilidad de decidir
obedecer o desobedecer. Por eso está escrito en nuestros libros autoritativos:
"Por cuanto los hijos fueron hombres, es decir, de carne y sangre, él
también fue engendrado hombre,
de carne y sangre... por esto debió ser hecho en todo, semejante a sus
hermanos, para poder ser constituido en fiel y misericordioso cohen Hagadol de
los bienes venideros, en lo que a Elokim se refiere" (Ivrit 2:14-17).
Observa que dice: "En
todo", no en una parte sí y en otra no, en todo. No con apariencia de
hombre, hombre en todo. No un espíritu, porque el espíritu no tiene carne ni
hueso, y el Mashiaj es de carne y hueso, como tú y como yo.
Esta es la única manera que nos
puede ser útil, de lo contrario estaría fuera completamente de nuestro alcance.
¿Cómo podríamos ser llamados a
seguir sus huellas, si él no fue, en todas las cosas, un ser humano semejante a
sus hermanos? Solamente siendo hombre en todo, nos sirve de ejemplo. Lo demás
sería un teatro, una utopía, un cuento típico de los filósofos griegos adornado
con los toques teológicos de los maestros helenistas que vinieron después.
Pero un tzadik no es simplemente
una persona piadosa, es mucho más que eso. La piedad es uno de los adornos del
Tzadik; pero solamente uno, el Tzadik tiene ocho cualidades personales y muy
pocos la han alcanzado, solamente nuestro Rebé las alcanzó todas. Moshé, aunque
fue un tzadik, no alcanzó las ocho cualidades de que debe adornar la vida de un
tzadik. Ninguno de los tzadiquim ni antes ni después de Yeshuah han alcanzado
el nivel de perfección que alcanzó nuestro Rabí y que fue la razón por la cual
Hashem le declaró Adón y Mashiaj, como está escrito en nuestros libros.
¿Cuál fue una de las misiones de
Yeshuah? Crear una generación de tzadiquim en Israel que pudiesen llevar adelante
su misión en aras de la redención final. La redención final no solamente de
Israel, sino del mundo. Yeshuah no vino a establecer una Halajah específica.
¿Por qué? Porque ya existía. Él no vino a inventar el agua tibia, sino a limpiar
el agua que ya teníamos desde Avraham Avinu, Moshé, los ancianos, los profetas
y los jueces de la Gran Asamblea establecida por Ezra. ¿A qué vino entonces?
¿Para qué nació? ¿Para qué nos fue enviado? Una de las causas:
la creación de una generación de tzadiquim que
pudieran colaborar con él en su gran misión: la redención final de Israel y del
mundo.
Para entender esto, debemos
comprender su tiempo, sus circunstancias, su época, su realidad histórica. Él
no habló al aire, sino a personas de carne y hueso. Él no habló en una cápsula
cibernética, sino en un tiempo, lugar y circunstancias específicas.
Solamente conociendo lo mejor
posible esa realidad, ese entorno suyo, sus palabras cobran vida para nosotros
y nos permiten tomarle el pulso, palpar su sustancia, a fin de estar en
condiciones apropiadas de aplicarlas correctamente en nuestras circunstancias
actuales y en aras de su misión: la redención final. Pero alguno dirá: ¿Quién
es un Tzadik? La palabra
"tzadik", viene de una raíz hebrea relacionada con
"justicia", con lo que es "justo", el camino correcto
delante de HaShem. Por analogía, Tzedek nos lleva a Tzadik, que significa
"piadoso"; y, por extensión, un Tzadik es una figura rodeada de
sefirot, de habilidades maravillosas dadas por HaShem pero desarrolladas por el
individuo, que lo transforman en una persona de un nivel espiritual asombroso.
¿Para qué existen
los tzadiquim? Porque la mayoría
del pueblo no tiene ni los recursos ni las habilidades espirituales de ser libres
de las
ataduras creadas por el yétzer
hará, y por lo tanto, corren el peligro de quedar atrapadas siempre en la
mediocridad de una vida que es gastada sin desarrollar su potencial espiritual.
El Tzadik provee a su generación una avodah única:
servir de intercesor, servir de
guía, de luz, de modelo, entre HaShem y los hombres, de tal manera que pueda
elevar a su generación a un punto donde luego pueda ella continuar sin
impedimentos, el servicio que el Eterno les demanda.
En el caso del Mashiaj, no solamente
sería un intercesor, pero mucho más: un
intermediario. Como la Torah fue
dada por medio de Moshé, constituyéndose en el mediador del primer pacto,
Mashiaj es el intermediario de la renovación del pacto para causar que las
mejores promesas contenidas en la alianza original, pudieran finalmente
alcanzar a los herederos de la vida. Un Tzadik se mueve por encima de la
Halajah. No la destruye, no la pisotea, pero su nivel espiritual es tan alto
que no hay Halajah que pueda establecer los límites de su conducta.
¿Qué es la Halajah? La manera como debemos
vivir como judíos, tanto en la vida privada, como familiar, como comunitaria,
teniendo como punto de referencia la Torah y la manera como debe ser aplicada
la Torah en cada generación y en cada circunstancia
específica. En un sentido
práctico, la Halajah nos ayuda y orienta en cómo establecer cierto tipo de
acción en cierto tipo de lugar y estado, nos informa y orienta en cuándo
debemos orar, qué debemos orar, cómo debemos orar.
La Halajah establece qué debemos
comer, qué no debemos comer, cuándo podemos comerlo, cómo debemos preparar esos
alimentos, qué bendiciones debemos decir aquí y qué bendiciones acá.
Esto es en sentido general, la
sustancia y razón de ser de la Halajah. Pero un Tzadik desarrolla un nivel
espiritual tan alto que se mueve por encima de la Halajah, no destruyéndola,
sino escalando niveles de grandeza espiritual para lo cual la Halajah no tiene
nada que decirle.
Dice Rav Shaul: "Las
sefirot de la Rúaj son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, templanza... en
relación con estas cosas, no hay halajah".
Esto no significa que un tzadik
no guarde las leyes de Kashrut, pero significa que él tiene una comida que
comer que nosotros no tenemos idea. "Rabí, come.
Yo tengo una comida que comer que vosotros no
sabéis. Mi comida es que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos y
que acabe su obra. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida
que a vida eterna permanece". Yeshua vino a formar una generación de
tzadiquim, y éstos fueron educados y entrenados por él mismo para venir a ser
jajamin de la más alta estatura espiritual posible. Yeshuah cultivó en ellos su
propia imagen, se reprodujo en ellos y el resultado fue la creación de un
movimiento jasídico dentro del judaísmo, formado originalmente por judíos que
llevaban en sus almas la imagen del Rábi, desarrollando los sefirot del
Maestro, en justicia y piedad.
La sobrevivencia del judaísmo es
imposible sin el jasidismo. El jasidismo es el alma del judaísmo, su espíritu, su
corazón interior y sus alas. En los días de cuando vivió nuestro Rábi, el
judaísmo atravesaba una de las crisis más grandes de todos los tiempos.
Israel era un país invadido y
ocupado por fuerzas extranjeras. Yerushaláyim estaba bajo el dominio de los goyim.
El Templose había convertido en
una cueva de ladrones y asaltadores espirituales. Falsos libertadores se habían
levantado aquí y allá haciéndose pasar por alguien, habían reunido alrededor de
sí a muchos judíos, pero luego que sus caudillos fueron eliminados por Roma, el
movimiento fue reducido a la nada. Los impuestos fiscales que habían sido
establecidos por Roma y los añadidos por los cobradores de impuestos, habían causado
el empobrecimiento de la población judía más allá de lo que pudiéramos imaginar.
Miles de judíos habían muerto una generación previa y Roma no toleraría nada
que se asemejara a una revuelta popular.
Israel, que debía ser una
familia que viviera unida, en comunidad, ahora estaba dividida en clases; y los
líderes, lejos de establecer medidas justas y ordenanzas justas, la mayoría de
las veces y con raras excepciones, estaban del lado de los opresores, haciendo
más pesada la carga sobre los hombros del pueblo. Debido a esto, en sentido
general, los rabinos no gozaban del respeto ni de la admiración del pueblo;
todo lo contrario, eran vistos como parte del problema, no de la solución.
Estaban envueltos en movimientos
políticos, y cada cual buscaba los mejores puestos, las más altas posiciones y los
lugares de prominencia. La crisis en el liderazgo fue muy fuerte y el
descrédito del rabinato y el sacerdocio no se hizo esperar entre las masas,
entre el judío sencillo, que era abusado y explotado como nunca antes se había
visto en
Israel.
El énfasis de los maestros era
en el estudio de la Halajah, a un nivel, que dejaba al pueblo judío sin alma,
sin espíritu, sin consolación. Los que eran vistos como sabios y entendidos,
miraban por encima del hombro al judío de la tierra y lo consideraban de baja
categoría.
En medio de esas circunstancias se
levantaron maestros que afirmaban tener el dominio del Nombre Sagrado y se vanagloriaban
de usar diferentes combinaciones del Nombre Sagrado para hacer milagros,
exorcizar y repartir amuletos y protecciones espirituales sobre el pueblo.
Eran llamados Ba'laei Shem,
"dueños del Nombre", es decir, que tenían el control absoluto del
Nombre Sagrado y podían hacer cuanto querían usándolo a su propia discreción.
Estos Ba'laei Shem estaban dispuestos incluso a pagar cualquier suma de dinero
para obtener poderes espirituales con los cuales hacerse pasar por alguien y
engañar al pueblo judío. Eran conocidos como exorcistas ambulantes y habían
introducido artes mágicas y hechicerías paganas en sus prácticas, mezclando con
ellas el uso del Nombre Sagrado.
Yeshuah tuvo que enfrentar a esa
generación. Una de sus tareas fue enseñar a sus talmidim el uso del buen Nombre,
para rectificar la perversión a que habían expuesto aquellos falsos líderes que
se hacían pasar por "dueños del Nombre". En su tefilah, nuestro Rábi
decía: "Les he revelado Tu Nombre a los que me diste, tuyos eran y me los
diste y han guardado tu
Torah".
Ante los Ba'lei Shem, Yeshuah opuso Ba'lei
Shem Tov, "maestros del Buen Nombre",
es decir, frente a los maestros
del Nombre, o sea, los magos y falsos cabalistas que habían corrompido el alma
del judaísmo, Yeshuh levantó una generación de tzadikim que tuvieron como una
de sus metas la restitución del Nombre Sagrado a su lugar propio para que ya no
se continuara pervirtiendo el uso del Nombre. Yeshuah vivía enseñando el alma
de la Torah a los hijos de Israel que tenían hambre y sed de HaShem en sus
corazones. "El que tiene sed, venga a mi y beba, el que obedece mis
enseñanzas, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua
viva".
Debido a su compasión por el
pueblo, HaShem lo invistió con la sefiráh de la sanidad "para sanar a los
hijos de Israel, para predicar las buenas promesas dadas por los profetas, para
vendar a los quebrantados de corazón y publicar libertad a los cautivos del
yetzer hará".
Yeshuah, como todo tzadik,
ocultaba sus más ricas enseñanzas de aquellos que no tenían su corazón en la redención
de Israel ni en el Reino prometido a David, pero a sus talmidim, privadamente,
les revelaba los secretos del Reino y de la redención detrás de sus
maravillosas parábolas y extraordinarios midrashim.
Yeshuah no vino a producir
gigantes intelectuales para que se dedicaran a las discusiones filosóficas
enfocadas en las relaciones exponenciales por relevo del pensamiento casuístico
usando como metodología el pilpul, típica de los talmudistas. Él sabía que este
tipo de intelectualismo, aunque tiene su lugar, su espacio y su tiempo, no
dejaba espacio en el alma para la espiritualidad, mas bien la dejaba seca y
vacía, desprovista de vida y de alegría.
Constantemente sembraba en el
corazón de sus talmidim, la prioridad del espíritu sobre el intelecto, la
prioridad de la vida sobre la muerte, la prioridad del gozo de la redención,
por encima de las discusiones halájicas. En otras palabras, que una vida
sencilla, pero devota a HaShem, una vida llena de la Rúaj HaKodesh, es mil
veces mejor que la meta de aquellos que con su erudición e intelectualismo,
cortaban las alas del alma judía y la encarcelaban en discusiones sin fin y sin
sentido práctico.
Muchas veces le oímos exclamar:
"Te alabo, Padre, Mélej hashamayim ve Mélej haolam, (REY DEL CIELO Y
REY EL UNIVERSO) porque escondiste estas
cosas de los sabios y
entendidos y las revelaste a los
niños, sí Padre, porque así te agradó". "Un niño" es un alma judía
sencilla, que depende del Padre, que reconoce que su vida está
constantemente bajo el
escrutinio y cuidado de Su Padre y que busca por intuición los brazos de Su
Padre. Ser niño en este sentido, era preferible a la intelectualidad sin vida
de los líderes de su generación que habían privado al pueblo de la grandeza de
la fe y la espiritualidad del judaísmo de los profetas.
Yeshuah constantemente se
preocupó por inculcar en aquella generación de tzadiquim que se dispuso formar,
el
principio de la presencia de
HaShem aun en el movimiento de la hoja de un árbol, hasta en la muerte de un
gorrión:
"¿No se venden cinco
gorriones por un cuarto? Pues ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de
vuestro Padre".
Para Yeshuah, la vida es más que
el alimento, el cuerpo que nos ha sido dado para hacer la voluntad de HaShem,
es de mayor importancia que el vestido que le ponemos encima. El que alimenta a
las aves, que no siembran ni siegan, ¿no se encargará de alimentarnos a
nosotros cuando estamos dedicados a hacer Su voluntad?: "Mirad los lirios
del campo,
cómo crecen, sin trabajar ni
dedicarse a hacer vestidos lujosos, y ni siquiera Mélej Shlomo, con toda su
opulencia, se vistió jamás como uno de ellos. Y si a la hierba del campo,
HaShem la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca
fe?".
Lo más importante entonces para
uno que anhela ser un tzadik no es poner primero la alimentación, el vestido o la
bebida. ¿Qué es lo prioritario para un tzadik? Hacer la voluntad de HaShem y
dedicarse por entero a la causa de Su Reino. En otras palabras, para Yeshuah,
mientras usted diga: Cuando tenga la alimentación asegurada, entonces
procuraré ser un tzadik... nunca
será un tzadik. Mientras digas "Cuando tenga asegurado mi vestido, mi
bebida y mis cosas materiales, entonces le diré a mi alma: Bien, alma mía,
ahora dedícate a ser un tzadik; nunca
será un tzadik".
Dice Yeshuah: no es así que
trabaja el jasidismo. Si quieres ser un tzadik, busca primero el Malujut HaShem
y todo lo demás te será dado por añadidura. Yeshuah vio a HaShem detrás de los
gorriones, detrás de las hojas de los árboles, en los lirios del campo, en las
aves de los cielos. En otras palabras, un tzadik es el que ve a HaShem detrás
de cada cosa creada y es capaz de trascender esas cosas creadas y exaltar la
gloria y el honor del Eterno que está detrás de la creación.
Yeshuah enseñó que la Shejináh,
la Divina Presencia, podía descansar sobre todo judío que tuviera sed por HaShem
y sobre toda persona, judía o no judía, que sometiera su voluntad a los
designios del Eterno para amarle, servirle y obedecerle con todo el corazón,
con toda el alma, y con todos los bienes materiales.
En otras palabras, que la Rúaj
HaKodesh estaría accesible para todo Israel si ponía en práctica sus enseñanzas
y echaba mano a los secretos que él nos revela. Debido a esto, la vida de un
jasídico tiene que estar marcada por el gozo de la redención, por el gozo de la
Presencia Divina en su vida, por el gozo de saber que nuestro nombre ha sido escrito
en el libro de la vida eterna. "Rábi, hasta los demonios se nos sujetan en
tu autoridad". ¿Qué les respondió el Rábi? El dijo: "No os alegréis de esto, sino
gozaos porque vuestros nombres han sido inscritos en el libro de la vida".
Decía el Rábi: "Nadie os
quitará vuestro gozo". "Este es el secreto de la vida eterna, que
tengan una relación íntima contigo". Por lo tanto, los jasidim de Yeshuah
tienen que vivir siempre con gozo, con danzas, con alegría de corazón, sabiendo
que nuestros nombres están inscritos en el sefer Haim y que no serán borrados
de allí, según sus promesas:
"Y no borraré sus nombres
del libro de la vida".
Para Yeshuah, adorar a HaShem
con caras largas, con un espíritu enlutado, como uno que ha sido devastado por golpes,
no es la manera apropiada. Debemos acercarnos a Hashem con gozo, confiadamente,
convencidos en perfecta fe de que somos llamados a experimentar una relación
íntima con él, que somos sus hijos y él es nuestro Padre. Así lo
entendieron los tzadiquim
rishonim, los primeros tzadiquim. En nuestros libros autoritativos está
escrito: "Acercaos pues, confiadamente al trono de la gracia para
encontrar gracia para el oportuno socorro". Y también está escrito:
"Regocijaos en HaShem, otra
vez digo, ¡regocijaos!"
Este es uno de los legados más
profundos y maravillosos que nos ha dejado nuestro Rábi. Y debemos tomarlo con nosotros
para que otros no sigan usurpando su honra. A nuestro Rábi lo acusaron de
"comedor y bebedor de vino".
¿Por qué? Porque cuando comía,
se gozaba comiendo. Cuando bebía se gozaba bebiendo. ¿Era su gozo por la comida?
¿Era su gozo por la bebida? Absolutamente no. ¿Por qué era su gozo? Porque veía
en la comida que comía y en el vino que bebía la fidelidad de HaShem: (el vino
significa alegría) Vuestro Padre sabe que de todas estas cosas tenéis necesidad
antes que vosotros le pidáis. Yeshuah no predicó una falsa piedad, un falso
ascetismo. Él nos mostró la responsabilidad de estar con el pueblo, de
compartir con el pueblo, de andar con ellos y vivir entre ellos. Yeshuah no
vivió escondido en una cueva, no se retiró del mundo, todo lo contrario, vivía
siempre entre los suyos. ¿De qué lo acusaron? "Este a los pecadores recibe
y con ellos come". "Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos". En otras palabras, yo he venido para levantar una generación de
médicos, una generación de tzadiquim que traigan sanidad y consolación y
esperanza a nuestro pueblo.
Dejarlo todo y seguirle, no fue
un llamado al pueblo, sino a los que anhelaban ser
educados y entrenados por él para
servir de líderes de Israel en los dificiles días del exilio que vendrían. Sin
embargo, a esos que dejaban todo para seguirle, les hizo una gran promesa:
"No habrá ninguno de ustedes que haya dejado casas, tierras, esposa,
hermanos y hermanas por mi causa, que no reciba cien veces más en esta edad
presente, y en la por venir, la vida eterna".
De manera que su concepto de la
entrega, de la auto negación, de la voluntad de servicio a Israel no puede ser ubicada
dentro de los conceptos ascéticos de los que se apartan del mundo, sino de los
que se apartan de las vanidades del mundo para servir al mundo. "No te
ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal".
Yeshuah no vino a formar una
generación de tzadiquim escondidos en mausoleos, ni guarecidos en conventos, sino
jasidim entregados al servicio de Israel, al servicio de la humanidad; con el
pueblo, con los hombres y mujeres de esta edad presente para atraerlos a
HaShem, a la Torah, a la vida eterna. Para Yeshuah, ningún judío se encuentra
tan alejado de HaShem ni de la Torah que ya no podría nunca más volver a casa.
Todo lo contrario, aun cuando haya descendido a su nivel más bajo, entre los
puercos y su comida, siempre existirá la posibilidad de que "vuelva en
sí" y regrese a casa. Esto inculcó en el alma de sus talmidim. No habrá un
solo judío que se pierda, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura
se cumpla. Para Yeshuah, la oración sincera, que proviene de lo profundo del
alma, es más importante que la oración aprendida de memoria y recitada sin espíritu
y sin vida.
Para Yeshuah la oración
rutinaria no eleva el alma, pero la oración que brota del corazón, aun cuando
no tenga la riqueza gramatical ni las expresiones formales establecidas por los
grandes intelectuales, se hace meritoria de la Presencia Divina. Esto no
significa que él esté en contra de la oración litúrgica, porque de hecho, él
mismo estableció un orden preciso que está luego presente en la Amidah, pero
significa que todo eso no tiene como fin reemplazar tus propios sentimientos ni
tus propias palabras, sino más bien estimularlas y hacerlas despegar.
Para Yeshuah, la oración tiene
que llevarnos a una experiencia de unión íntima con HaShem donde el alma siente
el fuego de Su presencia y se goza en Su salvación. Si la oración que hacemos
no nos eleva el alma Al Padre, algo anda mal en nosotros. Yeshuah propuso a sus
talmidim un tipo de oración que no estaba sujeta a las regulaciones y
formalidades impuestas por la
jalajah de sus días, sino que, partiendo de ella, tenia la
capacidad de elevarse por encima
de ella y acercarse al trono del Altísimo. Es cierto que debemos orar tres
veces al día, pero el espíritu de la oración debe estar con nosotros todo el
tiempo. Sus talmidim decían en su nombre: "Orad constantemente".
Yeshuah veía la recitación
mecánica de la liturgia sofisticada como una grave enfermedad que encerraba el
alma judía y le impedía alzar su vuelo al Padre. "No uséis vanas
repeticiones, como los goyim, que piensan que por su palabrería serán
oídos". ¡Cuidado!, él no dijo: "No uséis vanas repeticiones, como los
judíos, que piensan que por su palabrería serán oídos". Dijo: "Como
los gentiles". El principio que está discutiendo
Yeshuah aquí, no es otro que la repetición
mecánica y rutinaria de la oración, venga de donde venga; peor, si es
incorporada a la liturgia de una fuente no judía. Yeshuah entregó también a sus
talmidim un legado mesiánico: "Y esta Mazoret del Maljut” tendrá que ser
proclamada por los yehudim en toda la tierra habitada, como una declaación solemne a
todos los gentiles, y entonces vendrá el fin de esta edad presente".
En otras palabras, el fin de
esta edad presente y el comienzo de la redención final, estará íntimamente
ligada a nuestra responsabilidad de dar a conocer sus enseñanzas a todas las
naciones. Dicho en forma simple: Si no enseñamos las leyes del Reino a los
gentiles para que se conviertan de sus ídolos al Elokim de Israel y vivan según
las normas que HaShem ha establecido para ellos, no estaremos aptos para
experimentar la redención final.
Yeshuah implantó en sus
tzadiquim el amor incondicional por cada judío. "Un nuevo mandamiento os
doy: que os améis unos a otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que
sois mis talmidim, si tuviereis amor los unos por los otros". Israel no es
una denominación, no es una religión, es una familia; y por tanto, todo tipo de
discriminación está prohibida. Debemos esforzarnos por hacer de cada comunidad
judía, en particular, y de Israel en general, una hermandad absoluta basada en
el amor, el respeto mutuo y la entrega y servicio abnegado los unos por los
otros.
Esta fue la primera generación
de tzadiquim que conoció Israel, los talmidim originarios de Yeshuha. Y está escrito
en nuestros libros autoritativos que todos ellos perseveraban en la enseñanza
de la Torah venida de los labios de los tzadiquim, en la comunión unos con
otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y todos los judíos que iban
siendo ganados para el movimiento jasídico establecido por Yeshuah como modelo
para todo Israel, estaban juntos y tenían en común todas las cosas e incluso
vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían entre todos según la
necesidad de cada uno. Y perseveraban en las reuniones públicas del Bet
Hamikdash y santificaban Shabat invitándose unos a otros en sus casas y comían
juntos con alegría y sencillez de corazón.
Vivían alabando a HaShem y
tenían el favor de todo el pueblo judío, es decir, se
transformaron en una comunidad modelo,
en una sinagoga modelo, digna de imitar por todos los judíos. ¿Significa que no
tuvieron oposición? Por supuesto que sí, y mucha.
¿De parte de quién? De parte de las
autoridades corruptas de aquella generación, los que
veían el movimiento de Yeshuah
como una amenaza a su autoridad y dominio sobre las comunidades judías.
Los mini:n de aquella
generación, los herejes saduceos y algunos grupos de fariseos extremistas, los
falsos cohanim y la guardia del Templo vendida a Roma, se enfrentaron a los
tzadiquim de Yeshuah y los intimidaban; y usando del poder que Roma les daba,
los entregaban a la cárcel de los hijos de Esav (Esaú) y azotaban públicamente
a los jasidim de Yeshuah, con tal de hacerlos desistir de sus enseñanzas.
" La proclamación oral de lo que fue
anunciado por los profetas y que ha pasado de
generación a generación en relación con
la promesa del Maljut, del Reino de los Cielos.
Que serán los judíos los
responsables de cumplir con esta misión a las naciones es
evidente de las palabras que luego dirá
nuestro Maestro a su talmid Yojanán, como está documentado en Revelaciones 7:4;
10:10 y 14:6,7.
Pero mientras más los
perseguían, más se multiplicaban; y en medio de las amenazas y acusaciones más perversas,
HaShem les respaldaba, extendiendo su mano y autorizando que con todo denuedo
siguieran enseñado la Torah y permitiendo que ocurrieran grandes milagros y
señales y sanidades prodigiosas mediante los méritos ofrecidos por nuestro
Justo Mashiaj.
De una forma nunca antes vista
en Israel, todos los judíos sencillos que eran instruidos acerca de Yeshuah,
fueron atraídos irresistiblemente hacia él y se unían a su movimiento, el
movimiento jasídico más grande jamás conocido en nuestro pueblo.
¿Qué pasó con este movimiento
jasídico original?
¿Dónde están todos aquellos judíos que
creyeron en el testimonio que Hashem dio acerca de Yeshuah, que aceptaron sus
enseñanzas y por ellas vivían?
¿Dónde están aquellos jasidim de nuestro Rábi?
Con la destrucción de Yerushaláyim y del
Templo y el inicio del último exilio, al exilio también se fueron.
Los líderes originales fueron perseguidos sin
misericordia, algunos muertos, otros encarcelados; y los más, se fueron a las
naciones, visitando las comunidades judías e implantando en ellos la semilla del
jasidismo y la esperanza de la redención final.
Murieron como desconocidos,
ignorados, sin conocer su paradero final. Exactamente como sucedió con los profetas.
En nuestros libros autoritativos está escrito: "otros fueron atormentados,
experimentaron vituperios, azotes, prisiones y cárceles, fueron apedreados,
cortados por la mitad, muertos a filo de espada, anduvieron de acá para allá,
camuflados de pieles de ovejas y de cabras; pobres, angustiados, maltratados,
de los
cuales su generación no fue
digna, en un exilio atroz, errando por los desiertos, por los montes por las
cuevas y las cavernas de la tierra". (Ivrit 11:32-38)
En otras palabras, fueron
absorbidos por el exilio hasta la hora de su redención. Pero aunque ellos
pasaron, la semilla del jasidismo no se ha perdido. Aquí y allá HaShem ha
levantado el movimiento jasídico en medio de nuestro pueblo, para preparamos
así para la redención final y el reconocimiento oficial de la identidad del
Mashiaj ben David, que nos sea enviado pronto y en nuestros días.
Esta es la historia de nuestro mTraducción y comentarios por
D. A. Hayyimovimiento, esta
es la historia de nuestra herencia, este es nuestro judaísmo. El Hasidut de
Yeshuah tiene que ser resucitado de nuevo entre
nosotros. Nuestra gran misión es
la formación de tantos tzadiquim como nos sea posible, que vivan dentro del
judaísmo, sin temor, sin avergonzarnos de quién es nuestro líder y cuál es su
legado.
Yeshua no vino a inventar un
nuevo judaísmo. Ya tenemos judaísmo. Ya tenemos la Torah y la Halajah. Pero
Yeshua nos anima a ir más allá de la Halajah y redescubrir sus
enseñanzas y ponerlas por obra
como modelo para nuestro pueblo, para esparcir su
doctrina entre todas las
naciones.
Y os digo algo, nuestro Rábi
prometió que si él es levantado, atraerá sobre sí mismo a todos los judíos.
"Y yo, si fuere levantado, a todos atraeré a mí mismo". Tenemos la
responsabilidad sagrada de mostrar quién fue realmente Yeshuah; y cuando el
judío que tiene hambre y sed de HaShem se encuentre con él, no podrá ya más ser
el mismo.
Tú y yo somos responsables de
darlo a conocer, de mostrar su grandeza, su piedad, su doctrina, su herencia
para que otros no tomen más su honor, el honor que le pertenece por derecho
propio, porque, como fue dicho de él, "expuso su alma hasta la
muerte" con tal de facilitar luego la redención final de Israel y del
mundo, introduciendo los méritos necesarios para el perdón de los pecados
voluntarios, de los que no hay provisión alguna en el sistema levítico
convencional, sino solamente condenación y juicio. Por los méritos del Tzadik
de Israel, aquellos pecados para los cuales jamás podríamos encontrar perdón y
justificación, el Eterno perdona y justifica por la intervención del Tzádik. El
conjunto de libros autoritarios y sagrados que tenemos delante, nos muestran
cómo podemos adelantar la redención, colaborar con Mashiaj en la restauración
de todas las cosas y esperar que el Eterno bbendito sea él, nos lo envíe
prontamente y en nuestros días.
D. A. Hayyim
Yerushaláyim,
SHALOM UBRAJAT
Olivia Urrego A.
Sierva DE Eloha´avinu
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